La Salud es nuestra Herencia, nuestro Derecho. Es la unión completa y total entre el Alma, la Mente y el Cuerpo. No se trata de un ideal lejano y casi inalcanzable sino de uno tan Sencillo y Natural que a muchos se nos ha pasado por alto. Si siguiéramos nuestros propios Instintos, nuestros propios anhelos, nuestros auténticos pensamientos y deseos, jamás nos faltarían la Alegría y la Salud.

Las verdaderas causas de la enfermedad son, entre otras, las siguientes:

 

 

• Circunspección

• Entusiasmo excesivo

• Indecisión

• Terror

• Duda

• Inquietud

• Impaciencia

• Debilidad

• Temor

• Ignorancia

• Indiferencia

• Pena

 

 

 

Todas ellas, si lo permitimos, se reflejan en el Cuerpo produciendo lo que determinamos enfermedad. Al no entender las Causas Verdaderas, atribuimos la falta de Armonía a influencias exteriores como gérmenes, frío, calor, y damos nombres a los resultados: cáncer, artritis, asma, etc., pensando que la enfermedad empieza en el Cuerpo físico.

 

Como las Plantas curan nuestros temores, ansiedades, preocupaciones, faltas y debilidades, son éstos los que debemos buscar y entonces la enfermedad, sea cual fuere, desaparecerá.

 

Así como Dios, en su Misericordia, nos proporciona alimento que nos sustente, también ha dispuesto entre las Plantas del campo, maravillosos remedios para curar nuestras enfermedades. Dichas Plantas son los 38 remedios a base de Flores. Cada Flor corresponde a una de las cualidades y su finalidad es reforzar su cualidad para que la personalidad sobresalga del defecto que es nuestro escollo particular.

 

¿Cómo funcionan las Flores?

 

Estos remedios a base de Flores actúan potenciando nuestras vibraciones y abriendo nuestros Canales para recibir nuestro propio Ser Espiritual: inundan nuestra Naturaleza con la Virtud particular que necesitamos y eliminan de nuestro Ser todo defecto nocivo. Al igual que una Música hermosa o cualquier cosa Bella que nos eleve e inspire, pueden mejorar nuestra Naturaleza, acercamos más a nuestra Alma, lo que ya de por sí nos da Paz y alivia nuestros malestares. Las Flores curan, no atacando la enfermedad sino inundando nuestro Organismo de las hermosas vibraciones de nuestra Naturaleza Superior, ante cuya Presencia la enfermedad se disuelve como la nieve bajo el Sol.